Torrelavega Enclavado en el sector inferior de los valles que constituyen los ríos Saja y Besaya, Torrelavega
es un municipio eminentemente industrial y ocupa el segundo lugar de
Cantabria en lo que a población se refiere, sólo precedido por
Santander. Su fundación se atribuye a Garcilaso de la Vega I, adelantado
mayor de Castilla, quien construyó aquí una torre que unida a su
apellido derivaría en la denominación con la que desde el siglo XVIII se
conoce a Torrelavega (torre de la Vega).
Gracias a su
ubicación estratégica, en la encrucijada de los caminos hacia Asturias y
la Meseta, la pequeña aldea dominada por la casa de la Vega durante toda la Edad Media se transformaría con el devenir de los tiempos en un gran centro comercial e industrial.
Su desarrollo industrial comenzó de forma incipiente en la segunda
mitad del siglo XVIII, gracias al asentamiento de fábricas de harinas y
curtidos que favorecerían la proliferación de establecimientos
comerciales. Pero fue con la llegada de grandes empresas como Asturiana
de Zinc, Solvay o Sniace, entre finales del XIX y principios del XX,
cuando Torrelavega alcanzó su máximo esplendor económico. Su
espectacular crecimiento le mereció en 1895 el título de ciudad,
concedido por la entonces regente María Cristina.
Entre su patrimonio histórico-artístico, hay que destacar especialmente
el conjunto monumental de Viérnoles, formado por multitud de palacios y
casonas de los siglos XVII al XIX. Sobresalen igualmente la iglesia
neogótica de La Asunción (1892) y la de la Virgen Grande, obra
contemporánea y racionalista inaugurada en 1964. Entre la arquitectura
civil, el palacio de Demetrio Herrero, construido en 1888 y sede en la
actualidad del Ayuntamiento.
Riocorvo
Pequeña aldea estructurada en torno a una calle del Camino Real, que
enlazaba la Meseta con la costa cantábrica, a través de Reinosa. Las
casas se han construido a ambos lados del camino, con preferencia en el
lado Noroeste, para orientarse las fachadas hacia el mediodía y una
pequeña plazoleta adjunta, en el mismo lado. Las casas son de piedra y
la mayoría de ellas están blasonadas.
Destacan las de los Alonso
Caballero, la de los Púlpitos y la de los Velarde. El palacio de los
Alonso Caballero es del siglo XVIII, con tres alturas y dos escudos de
la familia fundadora; la de los Púlpitos, también del siglo XVIII,
presenta tres alturas y la de los Velarde, del siglo XVII, aunque con
añadidos y reformas posteriores. La iglesia parroquial, del año 1804,
está embutida entre los edificios de la calle principal, siendo de
pequeñas dimensiones.
Blibiografia:Turismocantabria
Las Caldas de Besaya
El Balneario de Las Caldas de Besaya, fue fundado en el año 1.826 y esta
ubicado en el tránsito de dos valles y flanqueado por el río Besaya.
Alrededor un magnifico parque de 15 hectáreas con abundante vegetación.
Comillas Comillas registró sus primeros poblamientos en la prehistoria, como demuestran las cuevas de La Meaza, con pinturas rupestres paleolíticas de hace 14.000 años. Fueron descubiertas en 1907. También se han hallado en su territorio yacimientos arqueológicos de un castillo medieval en Peñacastillo.
De épocas posteriores y perfectamente integrado en su entorno, el cementerio
(ubicado sobre las ruinas de una iglesia del siglo XV) constituye uno
de los símbolos más peculiares, presidido por la sobresaliente escultura
modernista de Llimona: "El Angel". La plaza vieja, la iglesia parroquial y algunas casas del centro de la villa son una excelente muestra de arquitectura popular
del siglo XVIII. El resto de los edificios notables corresponden a
finales del siglo XIX y principios del XX, época en la que Comillas gozó
de su máximo esplendor económico y social favorecido por la iniciativa
de Antonio López y López, indiano emigrante a Cuba y fundador de la gran
compañía naviera "La Trasatlántica". Su poder financiero y su amistad
con la Corona le valieron el título de primer marqués de Comillas,
título que le otorgó Alfonso XII en 1882.
El impulso que el
marqués de Comillas dio a su villa natal llegó a su punto álgido en los
veranos de 1881 y 1882, con la presencia de los reyes, la Corte y el
Gobierno. El 6 de septiembre de 1981 se llegó a celebrar en la villa un
Consejo de Ministros. En una de estas vacaciones reales, el marqués hizo instalar el primer alumbrado público de España. En la zona de Sobrellano,
edificó el palacio de Sobrellano -estilo neogótico-, que fue diseñado
por Martorell y Domenech i Muntaner. Junto a éste se encuentra la
capilla panteón del mismo estilo, y muy próximo, el palacio modernista
del genial arquitecto catalán Antonio Gaudí, denominado "El Capricho".
Frente a este conjunto arquitectónico y en el alto de la Cardosa se
erige la Universidad Pontificia, de estilo neogótico con influencia
mudéjar.
Su construcción fue también a expensas de Antonio López y López
y se distingue por su monumentalidad y su característico color rojizo.
Cuenta además con excelentes artesonados de madera.
El II marqués crea la Universidad
Pontificia, aunque el edificio fue levantado por los Jesuitas Don
Claudio se lo ofrece al Papa, otorgándole el titulo de Pontificia. En la
actualidad, La Fundación Comillas
es una organización privada sin ánimo de lucro, creada en 2005. Su
objetivo principal es la puesta en marcha, desarrollo y gestión de un
centro de excelencia dedicado a la promoción y enseñanza especializada de la lengua y la cultura hispánicas. Blibiografia:Turismocantabria
La villa de Santillana del Mar se encuentra en la costa occidental de Cantabria, limitando con el mar Cantábrico y los municipios de Suances, Torrelavega, Alfoz de Lloredo y Reocín.
Esta villa medieval de
calles empedradas cuenta con un notable grado de conservación, donde el
visitante puede transportarse con facilidad a otros tiempos, y está
declarada como Conjunto Histórico Artístico. Se le
conoce popularmente como la villa de las tres mentiras, puesto que ni es
santa, ni llana, ni tiene mar (aunque el municipio sí lo tiene). La
mayoría de sus habitantes se dedican a la agricultura, la ganadería y
sobre todo al turismo.
La capital de los que fueran las Asturias de Santillana, considerado uno de los pueblos más bellos de España así la definió ya el filósofo francés Jean Paul Sartre en su obra "La Náusea".
Cuenta con algo más de 28 km2 de extensión, es la capital de un
municipio de cerca de cuatro mil habitantes en el que, además de la
villa de Santillana, se encuentran las localidades de Vispieres, Viveda,
Yuso, Ubiarco, Queveda, Mijares, Arroyo, Camplengo, y Herran.
Este pequeño municipio es uno de los atractivos turísticos más importantes la región, ya que alberga la Cueva de Altamira, considerada la “Capilla Sixtina”
del arte cuaternario y de la que hablaremos en una sección propia de
esta página por su relevancia, y un casco histórico bien conservado en
el que destaca La Colegiata
que data del siglo XII, el edificio más representativo y la joya más
importante del románico en Cantabria. También destacan otros edificios
como La torre de Don Borja, La torre del Merino, o el Palacio de los Velarde, ambos del siglo XV, junto a ellos destacan también la Casa Palacio de Peredo Barreda, la de los Villa o la de los Bustamante, todas del siglo XVIII.
Algunas de estas casas palacio
actualmente acogen instituciones de carácter cultural, como son el museo
diocesano, el museo del escultor Jesús otero, la fundación Santillana,
uno de los centros culturales de caja Cantabria o las casas del águila y
la parra, transformadas en salas de exposiciones.
Si comenzamos la visita a pie es ideal comenzar la visita desde el Convento de Regina Coeli, donde se encuentra elMuseo diocesano, avanzando por la calle de Santo Domingo, encontraremos a mano izquierda el Palacio de Peredo-Barreda (actual sede del centro cultural de caja Cantabria), poco después podremos ver a mano derecha La casa de los Villa.
Un poco más adelante en la
bifurcación hacia la izquierda se encuentra la calle Juan Infante
flanqueada por pequeñas viviendas de balconadas llenas de flores, la
calle termina en la Plaza Mayor, uno de los lugares más representativos de la zona, en ella podremos contemplar Las Casas del Águila y la Parra, delante de las cuales se levanta la estatua delBisonte de Altamira. Enfrente a ellas se encuentra el parador Gil Blas que ocupa una vieja casa que pertenecía a la familia de los Barreda.
A pocos metros encontramos El Ayuntamiento, edificio con una gran balconada de hierro y sobre un soportal con armaduras, muy cerca presidiendo la plaza esta La torre de don Borja, actualmente sede la fundación Santillana, y también La torre de Merino,
"casa fuerte" donde residieron los sucesivos merinos mayores de las
Asturias de Santillana. En el extremo izquierdo de la plaza,
continuaremos por una estrecha rúa que desemboca en la confluencia de
las calles carrera y cantón.
En la primera a nuestra derecha, se levanta La torre de Velarde, del siglo XV. Y a nuestra izquierda en dirección hacia la colegiata, por la calle cantón, pasaremos ante el Palacio de Valdivieso
del siglo XVIII, hoy un hotel. A ambos lados de esta calle muy
concurrida actualmente se levantan numerosas viviendas típicas del
pueblo hasta llegar a La casa de Leonor de la Vega, madre del marqués de Santillana de finales del siglo XV. Junto a ella está La casa de "los Hombrones", adornada con un poderoso escudo con las armas de los villa.
La calle, que a partir de aquí se denomina "del Rio", desciende hacia un pintoresco abrevadero, a cuya derecha encontramos las Casas de los Cossio y los Quevedo, de finales del siglo XVII, frente a ellas la Casa de los Abades, y cerrando la perspectiva, la bella Colegiata románica de Santa Juliana, donde podremos visitar el claustro interior, por ultimo tras la colegiata podremos ver La Plaza de las arenas, cuyo edificio más notable es el Palacio de los Velarde.
Respecto a la naturaleza ha sido generosa con Santillana del Mar pues la zona cuenta con una maravillosa costa que invita a los paseos y a la pesca, y en él se hallan las tranquilas calas de santa Juliana y Ubiarco.
Además de lo nombrado anteriormente podemos visitar, la Torre del Merino, la encontramos en la plaza del Mercado (hoy Ramón Pelayo), la Torre de Don Borja, se utiliza como centro cultural con importantes exposiciones, la Torre de Velarde situada en la calle Varrera, la Casa de Leonor de la Vega, el Palacio de Velarde en la plaza Arenas, junto a la Colegiata, la Casa de la Parra y del Águila, el Parador Gil Blas, la Casona de los Villa en la calle Santo Domingo, la Casona de los Hombrones, la Casa de Quevedo y Cossio junto al abrevadero, la Casona de los Sánchez de Tagle, el Palacio de Peredo, el Palacio de Bustamante en la calle de la Carrera, la Casa de los Abades junto al atrio de la Colegiata y también se denomina Casa de la Archiduquesa Margarita de Austria, el Palacio de Valdivielso, el Palacio de la Chamberga, el Convento de Regina Coeli y el Convento de San Ildefonso.
Pueblo rústico en el corazón de la reserva del Saja, de gran pintoresquismo.
Se sitúa en un valle flanqueado por pequeñas colinas, con caserío
concentrado, en forma rectangular, con dos calles principales y plazas.
Todas las casas son las típicas de la zona, la mayoría
de ellas construidas en época fernandina, con fachadas orientadas al
mediodía o al Oriente, flanqueadas por cortavientos y de dos pisos, el
inferior con portalada y el superior con las balconadas típicas.
Son de
mampostería, aunque los esquinales y vanos son de sillería y el interior
de madera. La iglesia, con la advocación a Santa María, es del siglo
XVII y tiene un interesante retablo barroco del siglo XVIII.
Toma su nombre de la actividad principal que ejerció durante siglos: la extracción de sal. Fue lugar de paso en la Ruta de los Foramontanos,
uno de los caminos de la primera repoblación de la Castilla
altomedieval. Protagonista de importantes ferias ganaderas, desarrolla
también una importante actividad industrial en sectores como el textil y
el mueble.
Cabezón de la Sal cuenta con un riquísimo patrimonio histórico-artístico.
Posee multitud de edificios dignos de mención, que invitan a un
recorrido minucioso. Entre los más importantes figura la casa-palacio de
Carrejo (hoy convertida en Museo de la Naturaleza de Cantabria), el
palacio-torre de los Monasterios, en Casar, y el palacio de Bodega
(siglo XVIII), en Cabezón. Por lo que se refiere a la arquitectura
religiosa, tiene sus máximos exponentes en las iglesias de San Lorenzo
(Casar de Periedo), Santa Eulalia (Bustablado), San Bartolomé (Ontoria) y
San Pedro (Santibáñez).
La riqueza del patrimonio histórico de Cabezón de la Sal queda patente también en el yacimiento prehistórico de Cabrojo. Sin lugar a dudas la fiesta más destacada, que congrega cada año en la villa a miles de visitantes de toda la región, es el "Día de Cantabria", a primeros de agosto, dedicado a la exaltación de las costumbres autóctonas y las manifestaciones folclóricas. En Bustablado se celebra, el 16 de agosto, la fiesta de "Los Pobres", y en Carrejo, el 31 de agosto, la de "La Patata". Sus atractivos principales, el contacto con la naturaleza en el parque natural del Saja y en Virgen de la Peña. Carrejo
nos recibe con la impresionante portalada de los Haces. Si la
bordeamos, encontramos detrás la plaza de La Braña por la que podremos
acceder al Museo Regional de la Naturaleza de Cantabria, emplazado en el
restaurado palacio de Pedro de Ygareda, del siglo XVIII.
El Museo de la Naturaleza de Cantabria
es de planta rectangular, el palacio fue construido en piedra de
sillería al estilo montañés. Consta de dos pisos enmarcados entre
contrafuertes y en uno de sus hastiares se observa el escudo de armas de
los Cos y Cayón. A la calle se abren seis arcos de medio punto que
sostienen una extensa balconada. Anexa a la casona se hallaba una
pequeña capilla, hoy convertida en sala de conferencias. La
exposición está estructurada en cuatro ambientes bien diferenciados: la
franja costera, los ríos, el bosque y la alta montaña. En cada uno de
ellos se reproducen los aspectos más significativos de su flora y fauna,
a través de maquetas de relieves, montajes de los distintos hábitats,
especies botánicas, etc. Además del carácter didáctico del museo,
llama enormemente la atención una interesante muestra de animales
disecados (rebeco, urogallo, águila…).
Mogrovejo es una pequeña aldea situada en el municipio de Camaleño, en
un alto muy dominante. Conserva un importante conjunto de casas
populares lebaniegas y algunos edificios singulares, entre los que
destaca la torre medieval. La torre medieval es de finales del siglo
XIII, tiene planta cuadrada, estando rematada por almenas cuadradas.
En
torno a la torre se construyeron diversos edificios, algunos de ellos en
ruinas, entre los que destaca la casa solariega adjunta que fue
remodelada en el siglo XIX, con capilla de planta rectangular, con
interesante retablo barroco. Otro edificio singular es la iglesia
parroquial, probablemente del siglo XVII, que tiene nave rectangular
cubierta por bóvedas de crucería.
Tiene retablo barroco con los escudos
de los Mogrovejo, destacando la escultura de una Virgen flamenca de
finales del siglo XV. Además se conservan algunas casonas entre las que
destaca la de Vicente de Celis, con el escudo de los Estrada, del siglo
XVI. Las casas populares son de tipo lebaniego, con la planta alta
frecuentemente abierta al exterior y paredes de entrelazo de varas,
forradas con manteado de barro que delimitan un espacio generalmente
dedicado a pajar; algunas de ellas con acceso al segundo piso con patín,
de influencia asturiana. En cuanto a otro tipo de edificaciones
populares hay que reseñar la aparición de varios hornos de pan de forma
semicircular y un hórreo.
Este municipio es uno de los más atractivos de Cantabria gracias a sus particularidades geográficas. Potes
es un territorio llano rodeado de montañas donde desarrollaron sus
luchas medievales las poderosas casas de los Mendoza y los Manrique. En
épocas más recientes, 1836, nacía aquí el gran violinista Jesús de
Monasterio.
La población de Potes, capital del pequeño municipio, está ubicada en el centro de la comarca de Liébana, donde se unen los ríos Deva y Quiviesa. Rodeada de un espectacular paisaje y situada en la confluencia de los cuatro valles de la Comarca, la villa nos descubre a cada paso su rica historia.
Aparece mencionada documentalmente desde mediados del siglo IX y desde
los años finales del medievo estuvo vinculada a la Casa del Marqués de
Santillana, primero, y a la del Infantado, después. Potes es conocida como la villa de los puentes (de ahí su nombre) y de las torres. De manera especial destacan la del Infantado (hoy sede de exposiciones) y la de Orejón de la Lama, ambas del siglo XV.
El conjunto de barrios de la parte antigua conserva un gran sabor popular y mucho encanto; sus callejuelas y caserones (la mayoría con blasones) ayudan al visitante a imaginar tiempos pasados repletos de historia.
Este municipio tuvo una situación estratégica en el camino de Castilla hacia el mar, uniendo a la antigua Julióbriga con Portus Blendium (Suances), a través de la calzada romana. Actualmente se conserva entre Pie de Concha (en este municipio) y Somaconcha (en Pesquera), un tramo de esa calzada, de 5 kilómetros (transitable a pie) que recorre parajes de gran belleza.
Bárcena posee además una iglesia parroquial románica (siglo XII) y diversas casas de estilo regionalista proyectadas por el arquitecto Javier González Riancho.
Sus valores naturales están determinados por el río Besaya, que atraviesa todo el municipio. Su orografía, en la que destaca también un pico de montaña de 1.288 metros -"El Pico Jano"-, hace especialmente atractivo el senderismo y los paseos por la orilla del río. Blibiografia:Turismocantabria.es
Conocida también como Flavióbriga
por localizarse aquí un asentamiento romano, Castro Urdiales formó
parte de la poderosa hermandad de las Cuatro Villas de la Costa del Mar.
Ha sido cuna de ilustres músicos, como Dúo-Vital y Ataulfo Argenta,
y posee el delicado encanto de un pueblecito marinero y pesquero de
tradición ilustre y señorial ambiente turístico, favorecido por la
belleza de las playas de Ostende y Brazomar.
Castro Urdiales conserva un interesante
casco viejo, con callejuelas de gran sabor que invitan al paseo antes
del disfrute de uno de los principales atractivos de la villa: su
gastronomía. La cocina castreña conquista con sus besugos y caracoles,
acompañados por los productos de la pujante industria conservera del
municipio. Entre ellos, son sin duda las anchoas en aceite de oliva las
que gozan de mayor reconocimiento.
La villa ofrece además una edificación
popular muy característica, con balconadas de madera orientadas a los
jardines del paseo de Amestoy. El conjunto urbano de la puebla castreña
tiene origen medieval y logró en 1978 el reconocimiento como Conjunto Histórico. Su patrimonio monumental está formado por la iglesia de Santa María,
-la mejor obra gótica de Cantabria (construida entre los siglos XIII y
XV)-, el castillo-faro que se ubica junto a ella y el bello puente
medieval y la ermita de Santa Ana. El conjunto constituye la imagen más
representativa y hermosa de la localidad, que en épocas más recientes se
vio enriquecida con las obras de Eladio Laredo (prestigioso arquitecto
castreño), entre las que sobresale el palacio Toki-Eder.
Fue construido en 1901 por encargo de Luis de Ocharán. Es de estilo
modernista clasicista a modo de villa italiana, siguiendo la corriente
historicista de la época.
Castro Urdiales cuenta asimismo con testimonios de arte rupestre de incalculable valor, caso de la cueva de la Peña del Cuco.
El yacimiento se encuentra en la costa, al oeste del núcleo de la
villa, cercano la plaza de toros. La cueva prehistórica presenta
grabados rupestres muy finos del Paleolítico superior (hace 12.000
años), que reproducen ciervos, caballos y cabras.
Igualmente digno de mención es el
yacimiento romano de Flavióbriga, que ocupa todo el subsuelo bajo la
actual ciudad de Castro, a unos dos metros de profundidad.